viernes 30 2022

Aliento

Habito esta incisión anclada en las entrañas,

            fragmentos de órganos distantes y cercados

            atrapados en lo profundo; herrumbre pasada.

            Oquedad de membranas grises, y surcos en la

             piel: grutas en el pecho, yugo en la garganta

             y ceniza en la mirada.

Sus huellas raptan la voz, detenida sin aliento.

hilo de verbos, silencio pesado en delirante final

Respirar; inhalar hondo, naufragar hacia adentro.

Ansiedad, latidos inciertos en espasmo violento.

Cansancio, pez que tirita en la orilla del pozo.

            Gime el cuerpo y el alma se refugia en el viento.

El deseo besa la boca y el dolor rompe la esperanza

contra esos muros que se alzan tras las alamedas,

dejando las alas rotas en los tejados de estrellas.

Se debilita el fuego entre las manos de piedra.

El corazón desnudo vierte sangre hacia la tierra.

Febril, sujeto extremos que apenas se reconocen,

Rendida, expiro sin miedo al fondo de las sombras

el cuerpo cae al vacío...

del espacio y de las horas.


Charo Fiunte, diciembre 2.022




Iván Madrigal
"Desde el fondo del pantano"
Óleo y espátula sobre tela
2022



jueves 29 2022

Transparencias

 

La mirada lejana, 

interrogante y vacua

en el brillo errante 

de sombras azuladas

que emanan del alba 

en la frondosa arboleda.

Cierro mis ojos 

y mi boca vuela.

Primaveras sin flores, 

tierras secas.

Ni soles ni lunas, 

ni estrellas que me sostengan.


Un velo oculta los secretos

en la luz radiante 

de la noche negra.

Brasas de hoguera

ahogadas en las paredes 

de la memoria.

Duendes insomnes

entran por el tragaluz del alba:

gotas de sol se deslizan en el suelo,

níveas transparencias 

destellos de la belleza..


Piedad, diciembre 2022



Pintura de Pietro Facchetti

Separación de la luz y las tinieblas

 

miércoles 30 2022

En la tierra

Ser solo esclavos de la naturaleza,

volver a hundir las raíces en la tierra:

ser tronco seco que vuelve a ser hierba,

gota de lluvia que se pierde en la marea.

 

Ser como la dulce brisa de los álamos,

que cubre el bosque de polvo de oro y olvido.

Ser horizonte y vestir de niebla el paisaje

y de olores de nostalgia la primavera.

 

Ser las rutas nómadas de las hojas, y

seguir sus desnudos pasos vacilantes,

pies danzantes hacia tumbas de hielo.

 

Ser mano trémula en la vid del tiempo

tejiendo la semilla ovillada de la hiedra,

frondas cálidas que abrigarán el sendero.

 

  

Ser pájaro vibrando al filo de un olmo,

en el instante febril del caer de la tarde,

tan lejos de casa y tan cerca del viento.

 

Escalar la luna

y mirar la noche negra,

ser luz presidiendo

la perla de la aurora

para abrir la herida

del latido detenido,

y recoger el cuerpo exiliado en el abismo.


Charo Fiunte, noviembre 2022






martes 29 2022

El tiempo varado

 La noche entra por las ventanas abiertas al mar,

la salina de las algas trae un fuerte hedor a putrefacto:

quietud doliente, esfinge que mora en el infierno.

                                               No llega la brisa.

El crujir de la levedad del tiempo varado,

un cielo plomizo a tono con el gris del agua

antecede al canto de la muerte.

                                               Ni un parpadeo.

El hastío deja jirones de un silencio concluyente,

expira el pasar en dulce agonía

alargando el puente entre miradas perdidas.

                                               Nada fluye.

Lirios de fuego esparcen sus secas semillas,

ansiando florecer del cadáver de la evanescencia,

abrazan la muerte derramando cenizas.

                                               Desolado paisaje.

Entre las imperceptibles luces de las espesas sombras,

brama la inmensa soledad en el horizonte apagado

dentro de un cuerpo vacío y descompuesto.

                                               Deseo embalsamado.

Negras aguas marinas inertes y estancadas

ocupan el mísero espacio de la tierra baldía

como aves carroñeras en el fulgor de las ruinas.

                                               Esperando la tragedia.


Piedad, noviembre 2022




martes 01 2022

Ecos de silencio


 

Sílabas rotas buscan vocablos

en el pulso voraz de un corazón errático 

sobre las sienes esculpen cenizas de unos

versos otoñados.

 

Es un instante que se aleja y,

apenas percibo,

en este fluir constante

del destino y del viento.

 

Crecí en el hueco que hay

entre la escasez y el frio:

perdida y lívida

obligada a sentir alegría

sobre algo que ni siquiera existió.

 

Aprendí a soportar el mordisco

de la serpiente del mundo

que arranca el disfraz, hiriendo la piel,

que sangra sobre la tierra,

sórdida bruma que expande el humo hacia el cielo.

 

Pasa el tiempo, ese huracán

que vacía la casa de lo que fuimos,

y rompe las ventanas que observan

las orillas con ojos de miedo.

 

Solo nos queda el sueño

de evocación y nostalgia:

¡ese olor a bosque tan intenso del invierno!

 

El viento sigue barriendo las hojas,

dejando a los hombres despeinados y blancos,

tempestad silente y profunda;

como noche cerrada,

que sumerge el corazón

en una lluvia de surcos

        de áspera dentellada.



Charo Fiunte, octubre 2022





        



domingo 30 2022

Hay momentos

Hay momentos que se visten de melancolía,

de un gris oscuro que opacan la luz del día

perpetuando el engaño de los inocentes sentidos,

arrebatados por añejos vestigios que siempre retornan

desprendiendo escamas como pez que va a la tumba.

Hay tiempos oscuros que tuercen los rectilíneos caminos;

sinuosos como llamas abrasan la garganta,

abriendo la profunda brecha de la discordia.

Un intenso impulso anhela rasgar las vestiduras,

desnudar el delirio de lo perfecto,

para tejer redes con hilos finos que quiebren,

mostrando la soberbia del cuerpo desnudo.

Hay un ser ajeno que asoma en la frondosa grisura

que mira sin tapujos la plenitud herida,

devastando sin lamento otros mundos acabados.

Vencidas las alas por la vida, inconclusa y perdida,

queda el ser insoportable y sereno,

sin silencios habladores ni palabras que lo cubran, 

fluyendo en el rumor del viento.


Piedad, octubre, 2022


Foto Google

martes 27 2022

La flor azul

¡Arde el cielo! nubes rojas

en el crepúsculo

bosques de espinos y

enredadera de rosas,

trigos dorados serpentean

en la gruesa tarde.

Siento que la naturaleza

apenas se conmueve,

aprendió a mirar y a respirar como un alma.

 

Me embriaga el vaivén

danzante de las olas,

el viento voraz que gime

bajo sus mareas;

lamento oxidado de un tenaz

y viejo acorde,

¡mis dedos desean palpar su ignota belleza!

 

Contemplo dos altos tilos,

casi ni se rozan:

las flores acarician

sus ramas sonrientes

ignorando los otoños,

sus amarillas hojas,

que añoran la frescura

de la verde pradera,

donde resurge el amor y

brotan camelias.

 

Mientras la flor azul brilla

como una estrella

creyendo que nunca abandonará este mundo;

pero el destino asignó a

cada uno su escena.

 

Afila el tiempo su puñal

abriendo heridas;

presos estamos del hambre

y su codicia.

 

Conciencia de saber que desaparece la culpa,

la finitud del dolor y

el acallar de la infamia.

Cae la tarde sobre el mundo y bajo su silueta

             ¡escucho el silencio de la certeza de un final!


Charo, septiembre 2022










lunes 26 2022

A la intemperie

 

El viento nos empuja acelerando el ritmo infantil,

remolinos de suciedad revolotean atrapando nuestros pies,

pedazos de papel vuelan calle abajo desbocados y sin rumbo,

cruzando el vacío inhóspito de la calzada.

Entre alegres juegos perseguimos la ilusión

convirtiendo la basura en un lúdico destino;

la imaginación corre a ras del suelo duro.

Nos envuelve el viento con los vestidos de celofán,

vaporosos y vivos transcienden las formas

de los pequeños cuerpos extraviados,

burlando las nubes que nos persiguen ajenas.

Parda, la tarde amenaza con llevarse la luz,

últimos reflejos que nos transportan flotando

a los rincones refugios del aire gélido

para crear, silenciosas, un lienzo de cálido escenario

donde habitar la casa del amor soñado.

Se va el reloj perdiendo las horas por el asfalto,

sin vernos ni sentirnos, la noche nos encuentra solas,

bajo un techo de cartón y las manos frías.

 

Piedad, septiembre 2022


Pintura de Google.

martes 26 2022

A orillas del alma

A ambos lados del cuerpo,

el vacío para observar lejos, y

poder perderse en el sediento

vértigo de la insaciable nada.

 

Cubrir de brumas las crueles historias;

navegar mares con rumbo incierto, 

sin amarres, sin sueños, ni memoria,

para olvidar la mentira del mundo.

 

Furtivo espectro, espejo de la infancia:

en su rincón deja la saliva la araña

rompiendo el hilo que llega hacia el corazón.

Ignorando la belleza que duerme 

en la orilla del alma, 

duende silente que

abraza las cenizas del dolor y del amor.

 

En un viejo puerto, mudo y vacío

palparé la tierra húmeda y fecunda,

para reposar la delirante y febril 

mirada, en su dúctil y fértil vientre.

 

Dejar caer el largo visillo de la noche y

que un bravo amanecer empuje

hacia el fondo la ponzoña del hombre,

para que mis cansados ojos

vean otra perspectiva

¡naturaleza frugal, sin codicia

campos empañados de flores blancas!

         Charo, julio 2022


                            
                                                                                        Irma Cerese, óleo 




lunes 25 2022

Remordimientos

Quiero cautivar la soledad 

y ocupar el espacio interior

sin esquivar las aristas más oscuras de mi ser,

ansiosa por perder esta existencia engañosa

que tanto desborda mi turbada mente.

Pero, acechada por la magia del pecado innombrable,

mi cuerpo, invadido por la culpa,

flagela mis anhelos, ya devastados,

sentenciando y ejecutando la vil condena.

Vuelve la serpiente a reptar mi médula herida

tentando mis endebles sentidos,

seduciéndome con su halo pintado de fantasía:

engalanada me alienta con su fascinante hechizo,

enojada se transforma en hidra acosadora.

Entonces me persigue la luz de los remordimientos,

y me exilio lejos de mi misma 

hacia vientos favorables,

buscando un rumbo que acoja mi delirio.

Solo queda arrancar

las espinas clavadas en los años de ausencia

y volver al camino ancho y solitario

que con pasión doliente deseo,

hasta que mi cuerpo sea río 

y mi alma sueño.



Piedad, julio 2022


Pintura de Gustav Klimt

martes 28 2022

Huir

 

Escapar de este hambriento cuerpo que

me empuja hasta el enigma del denso abismo,

como niebla que lentamente

asciende hasta mi pecho.

 

Recorrer el camino del viento, sondear el océano

en su eterno movimiento, y sentarme al borde

de sus orillas, dormir con las pálidas olas

que se esculpen

y se endurecen contra las rocas.

 

Observar en el aire el silencio que contempla

el misterio de las palabras ya pronunciadas.

Acallar el ruido de la mente y coser sus fisuras

-sutura tras sutura-

como vaivén que hilvana el alma.

 

Encerrar el miedo y su odio en una tumba

y luchar contra las amenazas de los hombres,

sus hostilidades y absurdas guerras

que dejan la tierra y las manos vacías,

sin sueños, sin horizontes,

sin esperanza.

 

Buscadme en el vuelo de un pájaro nocturno,

que con su aleteo limpie las tímidas flores,

y las gardenias exhiban su esplendor cenital,

en el pertinaz olor de la hierba creciendo.



Charo,   junio 2022



                                                                                        Lita Cabellut, óleo






 

lunes 27 2022

Un instante

 

Plácida luz soterrada en la jara,

alas de abeja parpadean,

no liba, besa.

Pétalos se abren con leve temblor

perfumando el aire que acaricia la hierba,

lágrimas de Aurora esmaltando el rocío.

Un instante.

Tan rápido como una mirada fugaz,

un átomo de eternidad y una chispa evaporada,

un encuentro y una despedida,

el pasado y el futuro en un trago de vino.

Un tiempo sin tiempo y sin memoria,

quietud y movimiento.

Un instante.

La muerte habitando en el filo de un hilo,

el último aliento velando los ojos,

súbito silencio que el corazón no teme

sin pensamiento y sin latido.

El abrazo entre el cielo y la tierra

cubriendo el horizonte de fuego rojo…


Piedad, junio 2022



miércoles 01 2022

El temblor

  

Hay dentro un vendaval de vientos

que aún enloquece el alma:

latidos que golpean vibrantes,

al temblor de insondables palabras.

 

Sueña la sombra con su mañana

y respira el universo su iris violeta,

en un cielo azul y verde,

que mece el agua,

cristal que esconde reflejos del alba.

 

Mientras la tarde calienta tus ojos:

petunias que el viento anhelaba,

cae la negra cortina que avanza,

el ruiseñor solloza su triste danza

¡Felicidad, delirio que espanta!

 

El amor es un torrente abierto,

de cascadas propias y extrañas,

párvulas y descreídas almas.

 

La memoria desteje la verdad y

la convierte en polvo de ruinas:

hojas de otoño se transforman

en abiertas heridas.

 

Cansada espero la fuente

de la infinita belleza;

ayer fuimos morada de su hechizo.

hoy el silencio es                   

la única respuesta.

 


Charo                  Mayo 2022



                                                                         Apolo y Dafne, Oleo 1908

                                                                         John William Waterhouse



Atrapada

 

Atrapada en los adentros de este insensato cuerpo,  

llama con puños férreos empujando las costillas,

escapando de la gélida oscuridad

como las letras de los libros leídos.

Un espasmo violento abre sus puertas 

a un desfiladero pedregoso

y el trauma cae en cascada sin anhelo de paz.


¿Qué locura se encierra en la incertidumbre del ser agónico

ante el sentimiento irreparable del absurdo?


Quiero velar las noches donde habita el caos

y sentir los márgenes liberadores de la ensoñación.

Perdido el paraíso, se vuelca una odisea en el corazón

encendiendo la conciencia en infinitas voces sonoras,

tamizando el delirio 

hasta transformarlo en apabullante realidad.

Apocalipsis que agujerea la razón mediocre

descubriendo en la caída el amor sublime.

Un sentimiento de furia desatada desborda el alma:

quiero ser las inquietas olas de un mar salvaje

chocando contra las rocas impertérritas,

ser mi dentro y mi fuera 

eternamente en la discordia.


Piedad, mayo 2022




jueves 28 2022

Tempestad


¡Áspero mundo!

Hambriento, sigiloso y voraz

como un felino.

A dentelladas trocea los huesos 

de manos y brazos

lanzándolos al pozo de la luna 

y más allá de su confín.

 

Sus secretos y sus sombras tan tediosos,

como melodía triste y tenaz, 

¡tan salvajes como un ciclón!

Después de la feroz travesía por 

mi propio duelo,

el perverso azar envió una tempestad, 

y el amor viró a la deriva y, me lanzó 

contra las frías y mudas rocas. 

 

Fui pájaro aturdido cayendo 

al océano de turbulentas aguas

sacudidas por feroces vientos,

que me trasladaron a la otra orilla

-donde el espanto aguarda-

para viajar hacia la oquedad de la nada.

 

Un barro negro tiznó mi cuerpo 

desde el pecho hasta la espalda

y, atrapada en la turbia noche,

un cuervo levantó sus alas, y mordió 

la garganta hasta provocar la náusea.

 

El desamor se ha derramado como aceite

sobre mi mente y

 -ahora es tiempo de ceguera-

las flores perdieron su fragilidad y su dulzura.  

 

La amargura es más grande que

el gemido que sale de mi boca,

gritando a esta tierra,

gravemente

herida.


Charo, abril 2022




"El Barquero del Inframundo"

Michelangelo Buonarroti    fresco 1541



miércoles 27 2022

La incognita

 

Profundo estupor que pulsa mis frágiles sienes

como flor marchita que suspira en el olvido,

un pálpito de aire suave, imperceptible

desangra mis venas lentamente 

ajando las endebles certezas.

La pregunta cae con severa templanza:

¿Quién soy en mi ser de nada?

¿Tal vez el musgo frío que yace entre las sombras?

¿o acaso un bosque que arde con un fuego incontenible?

El verbo amortajado por las calladas nieves del invierno

deja un tramo del anhelo sin respuesta en el camino.

Al fin un simple resto que se niega, 

cegado por la bruma,

a ver la simple brisa del océano 

lacerando mí piel impávida.

Entonces… 

¿Dónde encontrar el sentido que me falta?

Las liras ya no suenan dentro de mi cabeza, 

han salido volátiles

entre nubes vaporosas y viajeras.

Seré la incógnita de mis pobres saberes ancestrales,

como rastro que macera la pócima de la cordura.

Y si sólo soy pregunta sin respuesta:

¿A quién habla mi alma?

cuando busca la verdad en los confines de la duda

sin hallar remedio al dolor perpetuo.

Sólo es palabra perdida en la distancia 

que muda me seduce con engaños y esperanzas.


Piedad, abril 2022




miércoles 30 2022

Un sueño roto


Sueña la alegría la senda

de mi corazón:

bordeando el malherido

y amarrado cuerpo,

investido de heridas

de siglos de silencio,

¡colgado de la inocencia

del último verso!

Danza la esperanza a

mi alrededor furtiva,

en un tibio amanecer

de espuma esmeralda.

¡Ay corazón, sombrío y

sediento de estrellas!

Rendido a la tierna bruma

de la melancolía,

la huella del dolor olvida

la palabra valentía.

Hasta que al fin emerjan

las flores del deseo, que

en las raíces de

cien años se enredan,

cuando mis ojos regresen del origen

- donde la infancia mora -

y poder habitar un mundo sobre su vientre,

libre de cadenas.



Charo,  marzo   2022    


Pintura:

"La verdad, el tiempo y la historia"
Goya 1804-1805


martes 29 2022

Vida mía

 

Déjame guardar los besos que soñé y que nunca me diste,

en aquellos pasajes velados, tú me mirabas triste

a la luz de una luna que se descolgaba

y posaba en tu cara un haz de sombra fría.

Jugabas con tus largos dedos, baquetas de mustios tambores,

contando las horas solas que lentamente caían,

presagiando despedidas y funestos abandonos.

Tus letras sueltas al viento, nunca las comprendía:

enigma de mis desvelos en noches de desconcierto.

 

Con el alba entre las manos, me llamabas por mi nombre

y un desmayo se cernía entre tu boca y la mía.

Con ese dulce zureo que hace añicos el silencio,

retornabas el barullo de mi pobre desconsuelo.

Nubes negras se disipan allá en el horizonte

marcando suave la línea de la finitud inmensa,

como una verdad serena que se esconde en el olvido,

rompías con el hastío de los días venideros.

¡Déjame vida mía sentir tu latido efímero!

esencia inevitable de este instante pasajero.


Piedad, marzo 2022




 

jueves 24 2022

LEJOS DE LA INFANCIA

El viejo sauce olvidó su color:

 ¡al verde prado añoraba!

rugosa viste su erguida piel 

-nívea de la fría escarcha-

le cubre un cielo nebuloso 

con un bisel de nubes largas.

 

El viento aúlla en el bosque 

el invierno alcanza el tiempo

entre sus largas lágrimas,

aguas que fueron simientes 

de bellas rosas enamoradas.

 

Robusto y fuerte nos escondía, 

ramas que al cuerpo mimaban,

espantaba el miedo y la pena,

insondable en su tierra cálida.

 

Promesas de amor en la noche

emanan estelas de luna estañada,

de miseria y olvido fue abrigo,

refugio de inocentes almas.

 

 

No más sueños, ni pasiones: 

sus varas tiemblan quebradas

somos raíz de sus negras hojas, 

que guían nuestras pisadas.


Charo      24 de febrero 2022





martes 22 2022

Vuelvo

Vuelvo, sin quererlo vuelvo

al lugar donde habita mi vieja soledad,

allí donde las palabras llenan las páginas blancas,

a la edad que se duele en la distancia.

 

Vuelvo, sin quererlo vuelvo

a sentir la piel en flor de retoño,

a las espigas secas y punzantes,

a la casa de luz abrasadora.

 

Vuelvo

a mirar la luna roja arcano de mi locura,

enigma de mi ser tembloroso,

al cantar silencioso de mi alma.

 

Vuelvo

a sentir el hueco de la pérdida como puño enajenado

al eterno adiós de la vacuidad,

triste sonar del eco de mi voz.

 

Ahora, más de mil años…

perdida la inocencia, vuelvo

a vivir en la oscura ladera escondida,

promontorio de pardas crisálidas,

a despedir el dulce caer de las piedras en cascada

a raudales en eternas lágrimas.


Piedad, febrero 2022



 

sábado 15 2022

La ribera

 

Espero en la orilla, 

al filo de mi pequeño acantilado,

el viento arrastra el olor ocre 

de sus profundidades.

Entre las rocas se oyen ancestrales 

cánticos marinos,

de antiguos barcos atrapados 

por aladas sirenas.


El polvo del tiempo 

viste la memoria adormecida,

los húmedos aires despiertan

mi cuerpo letárgico.

Desde el borde, la brisa rasga las piedras, 

en rítmica melodía de sonidos que seducen

al inquieto océano.


La madrugada radiante

se embriaga de tenues colores,

las hortensias esparcen sus pétalos 

al beso del salitre,

furiosas algas se mecen aturdidas

por la blanca espuma.

Ms allá del horizonte las nubes bailan

al son del mar.


En el crepúsculo azul, 

la noche agita las dóciles mareas,

las olas nacen y pronto 

se derrumban en los sueños.

El corazón en cada latido llora 

lágrimas de esperanza,

el poniente aligera el instante,

le queda poco tiempo.

Las estrellas se vierten, tranquilas, 

brillantes, eternas.


Charo                                                                       enero 2022











jueves 13 2022

Madre

 

Y bendecida esconde su valor ante el clamor de sus dueños,

y se entrega alegre como colibrí a los brazos de un destino dado.

Y canta serena y serena llora,

pues a su dolor nadie se asoma.

Hilandera de vidas y de lágrimas secretas, 

compone su canción con hierro y piedra.


Reina en la casa, sube la noche, no dice nada,

ata el deseo, cose sus manos, no dice nada.

Y no le sale la risa ni la mirada alegre,

se las robaron de niña en terrenos secos. 

Rodeada de guadañas y de telas negras,

como Penélope, tejiendo sueños, espera

entre campos de amapolas y polvo de arena.


Piedad, enero 2022