viernes 17 2021

Títeres que cabalgan

 

 Oigo el murmullo de voces ausentes:

memoria de susurros y de palabras,

ojos y monstruos, no alcanzo nada,

apilados aclaman al fondo de la casa.

 

Sombras en la pared, de silueta mágica

figuras que acosan, títeres que cabalgan.

Hombres buscando un hueco con la mirada,

caminan sin rumbo, en su tela de araña.

 

Pájaro nocturno con careta truncada

alas negras y graznido en la garganta,

vuelos dantescos, el infierno espanta.

Invaden pasillos; muerden el alma.

 

Silentes las noches serenan la estancia;

torbellinos de rostros, tras su luz pálida,

pupilas húmedas, parpadeos en la sala.

Siento unos pasos, van cerrando ventanas.

 

Se duerme su anhelo y, caen las máscaras,

el abismo del sueño abduce sus entrañas.

Ruiseñor en el cielo y caballitos en el mar,

el manto cubre la hondura de la soledad.


Charo Fiunte diciembre 2021


                                                              




miércoles 15 2021

Rompiendo el día

Antes que el sol llene de esplendor el día,

la cama, siempre al cobijo, quedará vacía

esperando los primeros destellos

¡tan perecederos y frágiles!

Y cuando la aurora invada las paredes desoladas

y extienda, pleno, el día su quejido,

un sorbo del aroma que envuelve la mañana

y volverá el jolgorio de la vida

a ocupar el espacio de la bruma.

Antes que el cielo muestre su luz transparente

y sacuda la angustia de las sábanas,

regresarán a la memoria los trazos olvidados

buscando entre la risas las penas extraviadas.

Y aunque vuelvan los monstruos con sus gritos

a ocupar los rincones de la casa,

beberé la copa de los alegres vientos

y tornará la embriaguez sublime de los sueños.

Y cuando el hastío se apodere de mi alma

saldré de puntillas y en silencio,

y cerraré, cautelosa, la puerta del pasado,

adentrándome en las sombras de los bosques.

Esperaré el azul metálico de la noche

para entrar en las profundidades del abismo

hasta que retorne la mañana.


antes que los arboles barran el suelo con sus ramas,

entraré en las profundidades del abismo

esperando que su fondo me retorne la mirada.


Piedad, diciembre 2021




martes 23 2021

La luna lo sabe


La luna me enseña los dientes,

labios de bruma, luna quebrada:

tempestades, cosmos y mareas,

mutan poseídos por su mirada.

 

Tragedia de desoladas almas,

embrujo de etéreas palabras.

Hilos de plata acicalan los ríos:

adormece peces sobre el agua.

 

Hay hombres heridos de olvido,

manos trémulas y bocas malvas.

Veo el temblor en sus turbios ojos,

corretean amargas las lágrimas.

 

La luna se disfraza de muerte

grana, orlada, ¡cara espantada!

dentellean el hambre y el frio:

tumba de mármol, luna saciada.



Charo Fiunte, noviembre 2021





viernes 19 2021

Sin valor

 

Alertas me llegan en efímeras ráfagas de sueños,

que envuelven mis temores más ocultos

entre las espumas sucias de la memoria.

Me acecha, con empeño, 

el hedor rabioso de la inmundicia,

y no logro soltar las cadenas de este infierno.

Sólo sé que la fuerza del corazón, acorralada, 

huye hacia embalses de aguas flotantes

entre remolinos de suciedad insulsa.

Tanto me llena, tanto me espanta.

¿Qué temor me aferra a esta espiral letárgica,

a este laberinto sin salidas?

No puedo enfrentar este trance 

si se consuela

con las astutas manos que mecen plácidas la vida.

La misma impostura otorgo

a esta ceguera inmunda;

destellos negros del miedo.

¿Cómo quitar esta venda estéril de mis ojos?

nada puede verse desde el confuso ventanal,

y no sé cómo borrar este yo aquejado de todo,

si cuando abro las cortinas 

me saluda risueño

sabedor de su triunfo 

ante mi pasiva voz.


Piedad, 19 de noviembre de 2021



domingo 17 2021

El hombre del pan


Vi grietas en sus dedos de amasar el trigo,

añejas las sabias manos de exprimir la vida,

ajenas al cansancio de la pobreza doliente:

que muerde como colmillo en boca de fiera.

Su sosiego volvía en la blanca madrugada,

en las botas la fatiga de su amargo deambular 

raída su chaqueta, teñida de la blanca harina:

generoso con los panes que repartía al regresar.

Cuando caía la tarde y la luz cedía al silencio:

-viajaba a su particular abismo de soledad-

tragado por las brumas de la noche invernal.

Sus pies volaban al compás del viento y,

escondido el rostro, lloraba en la fría oscuridad.

Porvenir neblinoso, delirante destino

que su cuerpo anhelaba como viaje veraz,

en sus ojos brillaba una tibia esperanza,

y entre sus hombros cargaba el mundo.

Siempre envuelto en su desnuda dignidad.



Charo, octubre 2021





jueves 14 2021

Tiempo de nostalgia

"Dama audaz" que alimentas mis largas noches:

me hallo entre sollozos a punto de hervidero,

cauta ante las hojas secas y ruidosas

resopla mi piel su flauta entre agujeros.

Vuelven las sombras a cubrir los sueños

del polvo y la paja que esparce el tiempo.

No quiero seguir en la misma enredadera

se tuerce la esencia onírica de la memoria,

devorando la espera de la aurora, exponiendo…

la herida que soy.

Vano esfuerzo que no clama, solo lame.


El recuerdo de las lunas hechiceras,

no deja esculpir la arena impávida.

Se fue el ancho estío con jirones de mí

me devuelve al otoño sabio de penurias:

se caen las nubes y vuelan los desechos de las flores

y empieza otra vez. ¿Qué empieza?

Gotas de vana ilusión

retornan al principio siempre al acecho

con la misma pasión y el mismo miedo.

Lúgubre negrura me devuelve la nostalgia

de los campos pardos y de ríos llenos

en este cuerpo rebosante, 

tan precario y tan inmenso

ansioso de suspiros y de anhelos.

 

Piedad, octubre 2021




domingo 12 2021

La callada herida

 

La tragedia revela la urdimbre de la

locura

nebulosos monstruos arañan su letal 

figura,

reabren la callada herida: remate

imperfecto

del duelo de vivir, prendido del miedo.

 

Acosa un destino de tormento y

melancolía,

desgarrado el corazón, y extrañeza

en la mirada.

La angustia se hace hueco entre los 

huesos,

terco silencio sin luz de sus deseos.

 

Quiero poner rumbo a mares de

violentas olas

que atrapen, loca, furtivamente el alma.

ojos párpados a un horizonte

de esperanza.

para no llorar siempre sobre la misma 

grieta.


Sacudir la tristeza de esa estela de 

penumbra,

desterrar los gritos y llenar la boca de 

dulzura.

 

Pelear hasta perder la voz, y rehacer al fin

la huella,

¡con palabras que cautiven el fuego de la

bravura!

 


Charo Fiunte     septiembre 2021           






sábado 11 2021

La velada


 Mustia bombilla salpica luz a la sala,

parpadean las paredes desgarradas.

trémulas voces hermanadas se nutren de griterío,

en afanado grupo de lenguas insurrectas.

Mensajes retenidos alertan la velada;

con tesón esparcen letras a párvulos oídos.

En mis manos la boca muda del deseo,

batiburrillo de piernas bailarinas,

desenfreno de emociones corpóreas.

El verbo, atado con espliego, calla el grito del desespero,

a escondidas hurto las minúsculas que escapan,

revolotean díscolas prendiéndose en mi pelo.

Rectilíneos gestos mueven un aire asfixiante,

despejando los semblantes enaltecidos.

Lunáticos destellos afloran la vieja mesa

con naipes caprichosos deslizando la fortuna.

Acordes disonantes de voces cantarinas

sin música, compás ni partitura.

Labios mueven un humo espeso, suntuoso,

dibuja nubes con olor a sueños rotos.

La madre, silenciosa, nunca está sentada,

se esconde entre platos y cucharas.

Duendes volátiles se apoderan de la casa,

diablillos que terminan enganchados a las camas.



miércoles 21 2021

La voz y la palabra

Un vértigo fugaz ahoga el aire,

y atraviesa el habla,

- ¡Acecha la muerte! - disfrazada de rosas blancas.

Infinito vacío que invade

el inerme cuerpo,

desgarrando la sangre de vísceras dolientes.

 

Interrogantes los ojos preguntan

a la noche arcana

¿Por qué se detienen las horas malvas?

¡aúlla la mirada!

- ¡No escucho el mar, ni el bosque, ni los vientos,

sólo se oye la inenarrable nada! -

 

Aparece el espanto rondando,

con sus tenaces garras,

rasga el crepúsculo:

                acaricia el escenario del drama.

 

La nada se vierte en presencia,

engaña al rocío de la mañana,

…y aparece el tormento que murmura

 tras la angosta ventana,

-una voz bajo la estela de furtivas pisadas-

 

Y la luna traspasa por las sombras

de una oscura alborada,

la brisa agita ignorante, visillos de ocultas veladas:

descubre el misterio

que inquieta la vida soñada,

donde se alinean los rostros,

con sus bocas amargas.

 

El corazón siente la tormenta que sobreviene callada, 

donde se halla un infierno,

que deja

sin aliento

la voz,

                 y la palabra.


Charo Fiunte, julio 2021





domingo 18 2021

Trágica realidad


Oler el perfume de las flores, aun cuando apestan,

contemplar la grandeza de un paisaje mentiroso,

correr los bosques plagados de espesura,

o admirar la engalanada lumbre del ocaso…

¡Mandrágora bruja y seductora de robustas sogas!

la traición se muestra bella como una primavera

creando un artificio en las mentes deseosas.

Mientras estrellas errantes anidan la desdicha

forjada en ilusorias órbitas perdidas.

Blanco, todo blanco sin la fuerza de lo perfecto,

¡vacías las cuencas de los ojos!

¿qué ver en la profética encrucijada?

confusos destellos anuncian la derrota

hundida en las profundidades de la tierra,

entre volcanes de infinitos cráteres

donde arden las penas extraviadas.

Pues no hay tiempo feliz que deje en el olvido

el sabor del veneno

bebido de los cántaros del infierno.


Piedad, julio 2021





sábado 19 2021

Un paraíso



Sentir este paraíso, ante las cumbres

de las pardas montañas,

tardes silentes y violáceas, henchidas

de olor de castañares,

que adormecidos alientan al alba.


Miro hacia el cielo, copas de abedules y hayedos, 

robles y olmos,

diseminan su aroma

en las orillas de añejos pueblos,

envueltos en la indecisa penumbra.


Siempre en sordina, danza esta vida 

que incita a la espera,

rociada por el aura azulada de la infancia.


Amaneceres rojos, crepúsculos malvas 

y nebulosas rosáceas, 

tejados cobrizos: abren los párpados y 

sustentan la perdida palabra.


Quien habita estos lugares se halla

en el mundo de las xanas

cálidas brumas nocturnas,

nítida lucidez de las mañanas.


Ansiosos los corazones bailan

seducidos por su magia, 

el tiempo anhela detenerse, 

las horas celebran su llegada.


Abrazados en el centro del viento,

ráfagas de arrullos mecen las hojas, 

y renace una tímida esperanza;

germinan  los versos con 

una nueva y  armónica 

mirada.


Charo Fiunte, Julio 2021









miércoles 09 2021

El invierno

 

Los fríos mañaneros raspan mi piel transparente,

la calle solitaria rezuma de su suelo el esperpento del invierno.

Se cierra la casa, mientras atrapo los sueños que escapan

y con mesura busco en ellos el destartalado anhelo,

tan oscuro hoy como ayer.

Fuera vibran luces apuntalando las primeras flores 

forcejeando, tímidas, sus pequeños pétalos al sol.

Ahora el frío llueve y siento

la húmeda nostalgia acomodarse

en la esquina del sillón de silueta mullida.

El cuerpo se empequeñece, vil y astuto, resguardado

al amparo de la lumbre que calienta la desdicha.

Palpando las líneas que sujetan los pies descalzos,

cobijados en blandos cuencos de lanuda esperanza,

mi mente sube el tono del drama, 

insondable fondo.

¡Qué sopor tan estridente trasnochada la esencia!

el tiempo varado como larga tarde de domingo

esperando, al final de las horas, el destino.


Piedad, junio 2021



Pintura: Invierno Kandinsky



 

 

jueves 13 2021

Crepúsculo


¿Qué límites poner a las palabras atropelladas, 

qué siniestros sentidos obligan a liberarlas?, 

 miedos me atrapan entre los conceptos

(negros demonios esperan tras sus espejos)

 

¿Qué silencio acalla el sordo aullido del llanto, 

qué temblor irisado invade mi pequeño cuarto?,

un duelo insondabe esconden las promesas 

(ilusión dormida coquetea en las tinieblas)

 

¿Qué vientos frios gritan en la lejana montaña?

el dolor eterno enturbia la blancla morada

los versos traspasan la voz de la memoria

(relatos pasados ignoran su negra historia)

 

Danzantes duendes en el averno de la nada, 

la soledad baila en la oscuridad de mi alma. 

Oigo voces que deliran en la inquieta madrugada, 

en el rojo crepúsculo huyen una bandada de fantasmas.



Charo Fiunte                 mayo 2021










lunes 10 2021

Mi viejo padre

 

De madrugada bajaba desde la cumbre del alba

con un saco a sus espaldas cargado de panes tiernos.

La pena ya congelada en pensamiento silente,

el paso lento pisaba sus viejas huellas selladas

con en el peso del futuro lidiando la calle ancha.

-En sus manos arrugadas molido de harina blanca

y las botas de sombrero defendiendo su morada-

 

En las noches del invierno muy ligero se alejaba,

resguardado en las varillas que sujetan el paraguas,

con el abrigo volaba hacia la noche cerrada

empujado por el viento que deja la miseria amarga.

-Y su sombra dibujaba un quijote derrotado

cuando el sendero negro complaciente le tragaba-

 

En su rostro macilento forjaba dientes de puño,

cuando apenas le soñaba en su maraña escondido.

Su mirada compasiva siempre andaba soslayada

en caricias que turbaban aquellos ojos de infancia.

-Su pena nunca fue mía, recuerdos de la añoranza,

yo no lo comprendía y siempre de espanto lloraba-


Piedad, mayo 2021







viernes 09 2021

Páramo


Mi corazón siente una oleada de desaliento

duro es lo que ahora aflora dentro,

su sangre se derramó hasta el mar

desnuda, desbordando sus profundidades.


Cascadas turbias recorren feroces

el fluir constante de las verdes montañas 

pedazos de piedra van abriendo la tierra.


En sus grutas aúlla un negro pájaro,

sus plumas aladas atraviesan la luna

esplendor de luz en nebulosa de espuma.


Desde la infancia anida la desesperanza 

disfrazada de mentiras y flores etéreas

corazón no te exilies solo en la orilla,

el silencio de la noche acecha la locura.


En el páramo crecerá un tierno almendro

de las semillas de aquellas aguas estancadas,

los latidos resbalan sobre tejados de estrellas.

 

Charo Fiunte,  abril 2021





jueves 08 2021

El hueco de las palabras

 

Luctuoso es el tiempo que se duele tras la funesta ida;

se marchan y yo me quedo negra, negro el mar, negro el cielo

¡qué duelo tan largo y decadente sin reposo anímico!

¡qué lamento no tener boca que las llame!

fría su despedida, rígidos y quietos sus gestos.

Suspiro amargo.

Me precipito hacia un vértigo inesperado,  solitaria

esperando que llamen a la puerta

y como brasas se instalen en mi pecho.

Se fue el arrebato de la colmada fuente;

loca la casa retiene las voces en su fugaz rastro,

se fue susurrante por las grietas abiertas al aire.

Los muebles, los cuadros, las puertas...

interrogantes callan,

los cuadernos esperan entre luces veladas,

los techos se alzan, las paredes se ensanchan.

Poemas escritos a nadie y a nada, el verbo calla,

palabras que madrugan y se caen de la almohada;

mis manos se alargan palpando los suelos

siento que se escapan entre los huecos de mis dedos.


Piedad, marzo 2021



martes 16 2021

Melancolía

Me embriaga un silencio pesado, oscuro,

que emerge absurdo como vibrante sonido.

En las largas noches, monstruos furtivos

gritan desde las grietas de la piel,

golpeando este torpe cuerpo herido.

 

Escondidos en los pliegues de las mantas,

aúllan sin ojos, los duendes de la noche,

convirtiendo los latidos en salvajes ladridos:

como fieras solitarias en el infierno.

 

Ahora nadie me salva de este perverso vacío,

se fueron las palabras y quedaron sus sombras,

los labios que fueron suave brisa en la mañana

sus rostros huyeron alejando la luz del alba.

 

Cuesta doblegar cada hora, y su espesura,

como crisálida apresada en su tumba,

aullando sus entrañas en un constante bramido.


Cayendo en la quietud de la melancolía,

voy sujetando la tenaz atracción del cuerpo

a este incesante fluir del río,

las noches discurren

con el miedo como último aliento.


Charo, marzo 2021








lunes 15 2021

Primavera

Retoña la floresta en lentos pasos alargando los días venideros,

con esplendor cargado de colores rabiosos por lucir

sus tonos.

Todavía la nieve se desprende perezosa de las montañas,

almidonando las orillas de los ríos en suntuosas cascadas,

esparciendo las simientes de los despertares “retozantes”.

Orgullosas, las flores desafían al dulce deleite

y un suave viento acaricia la ilusión de un cambio inusitado,

mares de lluvia atizan los campos chorreantes de

frescor

expulsando los olores hacia las aristas del deseo

con embriaguez henchida en cada despertar sonoro.

La tierra, con desparpajo, presume su germen con bravura.

Todo parece sentirse pleno ante la anchura de lo perfecto,

aun cuando sabes del engaño que se esconde,

entre la destartalada emoción de máscaras multicolor,

donde el matiz sigue, pardo y plomizo, la senda de la desdicha.

Aun cuando los gritos mansos de la hierba adviertan el desconsuelo

y la noches de estrellas temblorosas reclamen a los sueños

el silencio armónico de la cálida primavera.



Piedad, marzo 2021




domingo 07 2021

Alzando la voz

 


Rodean las plazas del mundo con su voz,

reclamando firmes su huella y su palabra:

clamando con tristeza, valor y valentía

-arrojadas al eco silente del destino-

entre lo incierto y las turbias mentiras,

lidiando siempre por la ansiada dignidad.


En un eterno infierno de tiránicas normas,

donde ellos se llevan la mayor gloria,

y ellas deben resistir con feroz gallardía.

Con heridas dolientes en bocas calladas,

las miradas perdidas frente el abismo;

fieles al corazón y fuertes en la memoria.


Audaces y serenas en injustas guerras,

victimas desnudas de muchas miserias:

con los hijos adheridos al pecho

donde darles cobijo y confianza.


Guerrilleras de sueños y desafíos,

peleando por la anhelada libertad;

soñando de sol a sol la justa victoria.

Con las airadas armas entre las manos

para combatir la crueldad y el desvarío,

que la terrible historia les reservó.


Difícil olvidar los ojos del espanto,

el cuerpo lastrado de cargar la pena:

de perder la alegría de poder amar.

¡Como habitar la vida sin la esperanza,

de vivir el porvenir en justa igualdad!


Charo Fiunte, 8 de marzo 2021





MUJERES

La palabra cautiva,

la lluvia en la cara,

nos miran, no dicen nada.

El camino es audaz,

te amortajan, te olvidan

te atrapan.

Las manos deshacen nudos,

duele el espanto 

y duelen los puños.

La voz del anhelo

calma el tormento,

rescata los sueños 

que nos robaron,

y a empezar de nuevo.

Una ventana al alba y

la ira callada escapa.

Piel tatuada, notas sagradas,

mujeres que ganan batallas,

huellas marcadas

de sangre y de lágrimas.



Piedad, marzo 2021





jueves 25 2021

Amanecer


Amanece taciturna la ciudad 

bañada en nubes negras,

en la azulada madrugada

se encienden sus fábricas, 

remolinos de humo ensucian sus rojos tejados.

 

En esas horas suaves, 

el brillo espectral resplandece

y la maleza humedece

los asfaltos de los viejos

pasadizos, el rocío brilla en sus callejuelas.

 

Se escucha en sordina

el párvulo piar de gorriones,

distraídos en sus juegos 

disfrutando confiados la vida:

su mundo es simple y completo cada día.

el aire silba feliz, sereno y cálido.

 

La ciudad se despereza agitando

la vida: los árboles bañan de oxígeno el cielo, 

en un mágico dúo con el viento.

En su vivir, la ciudad no se sorprende: 

el tiempo es vanidad.

Su verdadero reloj de arena 

se vacía hacia atrás, como

los días que caminan veloces 

las distintas primaveras.

La ciudad despierta ajena

a la muchedumbre macilenta.



Charo Fiunte. Febrero 2021


                            






miércoles 24 2021

Desvelando una ilusión

En el descampado frente a mi balcón,

lejano y triste,

anida una honda espesura herbácea

que refleja níveas formas al despertar el día.

Adivino la imagen de niñas entrelazadas en sedas

buscando flores en el viento con sus manos de visera,

me saludan, aun en la distancia las veo claras,

atisbo sus rostros sonrientes en liviano gesto;

tan lejos y tan cerca. Me llaman al juego,

su jolgorio me entretiene el ánimo.

Son artificios que desvela la ilusión fogosa.

Mi madre asoma por la ventana estrecha y vieja,

me observa con sus ojos de hielo,

es su manera de devolverme,

me aqueja una fiebre pudorosa que me aparta la mirada.

Corro los campos plagados de espigas puntiagudas,

de mis zapatos saltan flotantes las virutas del trigo,

rastrojos que deja el sueño vencido.

Ya no hay nadie entre los abandonados arbustos,

entro, como la luz plana, en la solitaria sala,

la mesa mustia me llama con tesón

con voz de maestra reseca y fría,

me sitúo infeliz sin dejar de vagar la mirada fuera,

las niñas de frágil figura asoman entre el follaje

con el sol de la mañana reflejado en sus blusas

me seducen, coquetas, al lugar de la inocencia.


Piedad, febrero 2021


Detalle Campos de Trigo Van Gogh

jueves 11 2021

Un sueño




Vivir un universo en el etéreo ondear de una vela

  y amarrar entre los dedos el destino de una vida,

  soltar el cordón, olvidar los rostros, huir a otro mundo.

   

Lágrimas en cascada caen como bruma en los océanos

  y en sus miradas de ensueño solo un halo de aliento,

  ansiada libertad, silente el pánico al desencanto.


Se enterraron los sueños engendrados en la orilla

  y no habrá mano que acaricie los latidos de la fiebre, 

  fragmentos de ilusión sumergidos en la inmensidad.


Agónicos cuerpos cayendo cruelmente abandonados,

 estéril será el grácil canto de petirrojos al amanecer,

 azotes de tempestades anegaron su quimera.


Avanzan millones de hombres gritando una misma verdad,

  con el viento zarpan rumbo al anhelado sueño,

  y en los lindes del cielo se escribirán sus épicos versos.



Charo Fiunte, febrero 2021




martes 09 2021

No sé nombrarlo

 

Al atardecer, cuando los juegos se acaban,

cuando las horas rozan el crepúsculo

y la luz arrastra de las petunias su color,

el cielo me mira con desconcierto

tristemente despejado y turbio.


Cuando los pájaros cesan sus ágiles vuelos

para cobijarse al abrigo de las ramas arbóreas

y callan su gorjeo desvalido,

los jardines me despiden con su queja

gimiendo su frescor en el adiós.


Cuando la tierra ya no cruje sus sonidos,

elevando todo lo que en ella reposa,

y el viento ya no zarandea las hojas en la hierba,

un dubitativo frío se posa en mi frágil cuerpo

ocupando el espacio sombrío que cede el sol.


Cuando hasta las mismas piedras se sienten solas,

barruntando la quietud del desconcierto,

es cuando…

¡no sé nombrarlo!

siento que un sosiego se vuelca en mi ser

y descalabra mi impostada armonía,

que la ausencia cautiva mi esperanza

y rescata mis sentidos,

siento que la angustia se escapara

sin saber a dónde ir.


Piedad, febrero 2021




sábado 30 2021

CIUDAD BLANCA

 


La noche es oscura, casi negra

-pero ahi está la vida-

un hilo de luz muestra su presencia.

Espanta la oscuridad, pero no es la muerte,

solo es la estrañeza 

solo la blancura augura lo fatal

ese gran resplandor, alumbra  el más allá.


La fría nieve, heladora, pálida y callada,

tan hermosa que nos embelesa, 

disfrazada de pureza,

vestida de novia y brillos.


Sigue nevando en la ciudad, lenta, 

tristemente, vertiendo un manto 

sobre la vida, mortecino e inerme.


Halos verticales sobre las farolas,

barrotes en los silentes parques 

-ciudad estática, marmórea, muerta-

silencio, es solo silencio. 

El ruido ha cesado, la mente

detenida y presa, no respira

la túnica nívea acalla el bosque.


Cada débil pisada repite el drama,

la tragedia es la vida y es la palabra.

Herida de decepción el alma ahonda

en la locura de su inexorable pasaje.





Charo Fiunte. Enero 2021




jueves 28 2021

Ahogo


Profundo mar que me transporta

sin carcasa que sujete mi fragilidad,

avanzan, ligeras, nubes plateadas

remando con tesón mí desespero.

 

Mis brazos, exhaustos, cesan su aleteo,

húmedos mis labios de blanca sal,

gira el agua enojada e infinita,

pies y manos se buscan afanosos.

 

Burbujas sonoras explotan alrededor

como voces descompuestas de sirenas

coreando las palabras del adiós.

 

Volteo lento a un fondo que me acoge

mientras el aire escapa sorprendido

hacia el inmenso hueco del silencio.

 

Los peces se burlan de mis gestos

revoloteando alegres ante tanto ajetreo,

pronto, cesan el baile y huyen soberbios.

 

Inminente, suspira el sosiego

que desprende leve

de mi piel el lamento.


Piedad, enero 2021