Oigo el murmullo de voces ausentes:
memoria de susurros y de palabras,
ojos y monstruos, no alcanzo nada,
apilados aclaman al fondo de la casa.
Sombras en la pared, de silueta mágica
figuras que acosan,
títeres que cabalgan.
Hombres buscando un hueco con la mirada,
caminan sin rumbo, en su tela de araña.
Pájaro nocturno con careta truncada
alas negras y graznido en la garganta,
vuelos dantescos, el infierno espanta.
Invaden pasillos; muerden el alma.
Silentes las noches serenan la estancia;
torbellinos de rostros, tras su luz pálida,
pupilas húmedas, parpadeos en la sala.
Siento unos pasos, van cerrando ventanas.
Se duerme su anhelo y, caen las máscaras,
el abismo del sueño abduce sus entrañas.
Ruiseñor en el cielo y caballitos en el mar,
el manto cubre la hondura de la soledad.
Charo Fiunte diciembre 2021



















