jueves 06 2025

Sin horizonte


Cuando susurran los olmos

          azota la tormenta

cruzando la tierra

          tronchando las ramas secas.


El viento, en su alarido,

          envía titánicas lagrimas

hacia sus punzantes tinieblas,

          mi piel conoce sus lenguas.


Pozo anegado que no fluye,

          muerde la garganta,

abatidos caen los párpados

          quebrando las miradas.


Miro la luz del deshielo,

          escarcha de mis pérdidas,

un pálido sol arracima

          nidos de alondra sobre mi 

pecho.


Un cuerpo desnudo, lacerado,

sin horizonte

          derrama erráticos versos,

una voz gutural, salvaje,

sin aliento

          presagia otra despedida,

sin regreso.


En este tiempo incierto, vencido

         de rostros abandonados,

mis latidos resbalan 

        a raudales en el fluir del río.


Charo, marzo de 2025





 





Una verdad

En momentos solitarios

pulsa un corazón voraz

que apaga los corales de fuego.

Cuando crees que todo lo sabes,

un deseo de caer sin control,

aletea el ánimo.

Algo volátil hierbe en mi interior:

un murmullo de fantasmas,

un lamento sostenido

despierta mis sentidos.


Es hora de la demolición.


¿Puede un simple soplo separar mi piel

para sentir la vida descomponerse?


Quiero perder pedazos

de las mentiras que creí,

y que el viento derribe las cornisas.


Loca de un insomnio placentero, la cama

clama con voz de ultratumba inquieta,

versando tristes palabras

en el borde de la quiebra.


Piedad, marzo 2025