martes 27 2022

La flor azul

¡Arde el cielo! nubes rojas

en el crepúsculo

bosques de espinos y

enredadera de rosas,

trigos dorados serpentean

en la gruesa tarde.

Siento que la naturaleza

apenas se conmueve,

aprendió a mirar y a respirar como un alma.

 

Me embriaga el vaivén

danzante de las olas,

el viento voraz que gime

bajo sus mareas;

lamento oxidado de un tenaz

y viejo acorde,

¡mis dedos desean palpar su ignota belleza!

 

Contemplo dos altos tilos,

casi ni se rozan:

las flores acarician

sus ramas sonrientes

ignorando los otoños,

sus amarillas hojas,

que añoran la frescura

de la verde pradera,

donde resurge el amor y

brotan camelias.

 

Mientras la flor azul brilla

como una estrella

creyendo que nunca abandonará este mundo;

pero el destino asignó a

cada uno su escena.

 

Afila el tiempo su puñal

abriendo heridas;

presos estamos del hambre

y su codicia.

 

Conciencia de saber que desaparece la culpa,

la finitud del dolor y

el acallar de la infamia.

Cae la tarde sobre el mundo y bajo su silueta

             ¡escucho el silencio de la certeza de un final!


Charo, septiembre 2022










lunes 26 2022

A la intemperie

 

El viento nos empuja acelerando el ritmo infantil,

remolinos de suciedad revolotean atrapando nuestros pies,

pedazos de papel vuelan calle abajo desbocados y sin rumbo,

cruzando el vacío inhóspito de la calzada.

Entre alegres juegos perseguimos la ilusión

convirtiendo la basura en un lúdico destino;

la imaginación corre a ras del suelo duro.

Nos envuelve el viento con los vestidos de celofán,

vaporosos y vivos transcienden las formas

de los pequeños cuerpos extraviados,

burlando las nubes que nos persiguen ajenas.

Parda, la tarde amenaza con llevarse la luz,

últimos reflejos que nos transportan flotando

a los rincones refugios del aire gélido

para crear, silenciosas, un lienzo de cálido escenario

donde habitar la casa del amor soñado.

Se va el reloj perdiendo las horas por el asfalto,

sin vernos ni sentirnos, la noche nos encuentra solas,

bajo un techo de cartón y las manos frías.

 

Piedad, septiembre 2022


Pintura de Google.