sábado 21 2020

DESPERTAR

 

Desde que disfruté del amor apasionado y cálido,

conocí,

    que el entusiasmo remolcaba largos hilos de desdicha.

Desde que descubrí la ira, el rencor y la indiferencia,

comprendí,

    que esa cruel tragedia era sólo mi propia sepultura.

Desde que soñé con fantasías llenas de placer y canto,

descubrí,

    olores a sangre oscura, silente y profunda del mundo.

Desde que disfruté con pasión la intensidad de una vida,

abracé,

    el desamparo del certero final esperando en cada esquina.

Desde que vibré con el renacer de cada nueva primavera,

vislumbré,

    los inviernos en el ocaso como final de un ciclo.

Desde que me invadió este inmenso océano de sufrimiento,

transité,

    con el agrio aliento del vértigo pegado a mi nuca.

Desde que rompieron las cuerdas y las puertas de los sueños,

respiré,

    el polvo malva de los glicilias sobrevolando la conciencia.

Desde el inexorable otoño de éstos últimos tiempos,

perdura,

    un dramático delirio de párpados hirviendo.

Desde qué se marchitó el amor y se exilió la memoria,

vivo,

    con el temblor en las manos evitando tocar la negra nieve.

Desde que caí al vacío rocé el rostro frio de la muerte.


Charo, noviembre 2020




jueves 19 2020

La muerte

 

Hoy el día ha llegado

con un ramo de flores blancas,

las he olido con recelo,

su hedor me ha pulsado las sienes.


Me asusta que lo siniestro

se cubra de aroma intenso,

me alerta que entre tinieblas

se reúnen los fantasmas.


A la muerte la conozco

envuelta en sábanas blancas

con un halo de extrañeza

que te encoge las entrañas.


Vienen, las flores, con envoltorio de plata

como las frías vainas que cubren las espadas.

sólo las he rozado y mis dedos se han encogido

en macabro escalofrío.


Una espiral de triste ausencia

se ha instalado en la mañana

disociando mis sentidos y

deambulando por la casa.


Si al menos el valor tuviera 

de enfrentarme a su calaña,

¡mirar sin tapujos su fría cara!

sabría de su certeza y de su eterna amenaza.


Piedad, noviembre 2020





lunes 09 2020

LIBERTAD

 

El océano oscuro se acerca sin cólera

vaivén de espuma que turba las olas

de la cansada orilla triste se aleja y

oculta rocas que esconde la arena.


La mirada ojea el murmullo del mar

en el corazon el afán de saltar a su abismo

para extirpar del alma el temido drama

niebla del mundo que se lleva la calma.


Llora el pecho por el deseo inalcanzado,

olvido y goce de las entrañas de un cuerpo

negadas las horas de los falsos recuerdos

mandato de sueños que nunca se fueron.


Sobre la rama más alta, alzaré la cabeza

y con ella los labios que han sido callados

daré los besos que engendraron amores

en la sombra de este tiempo varado.


Esta noche estoy desatada, ¡sin miedo!

devorará el océano la tristeza cerca del ansiado puerto


Con la madrugada llegará una feroz brisa

y el fuerte viento me impulsará a saltar

de un lado al otro del mundo, a esa luz,

        ¡entre el horizonte y el mar!


Charo Fiunte. Noviembre 2020




sábado 07 2020

Momento pandemia

Este momento de paranoica distancia,

invita a seguir la vida entrecortada,

despojada de su rutina desdeñada.

Trae un terror a mis simples pensamientos,

dando paso a un dolor, un lamento mortífero,

dejando el sabor amargo posado en mi garganta.

¡Qué instante de locura vivo! ¡Qué extraño y frío!

No sé qué pensar, ni pienso.

Este lapsus de quietud me mata, esperando…

presiento la incertidumbre

de un duelo que no llega a perfilar su forma.

La desidia se transforma en angustia inerte, 

mientras gira la rueda trágica del mundo.

El tiempo, ahora en espera,

cambia la vida a claroscuros,

y, con la rabia en destellos,

miro desolada el dolor,

la crueldad que tejemos

en esta perversa travesía.

Así, convertidos en indelebles siluetas,

seguimos por este tránsito maldito,

en la hora de cobrar la maldad vertida

en cada acto terco y cobarde,

con alevosía repetido.

 

Piedad, noviembre 2020